lunes, 2 de noviembre de 2009

FIAT MIHI SECUNDUM VERBUM TUUM

Ante todo quiero manifestar mi agradecimiento a mi querido amigo y más que eso hermano, autor de este blog por permitirme este espacio. Como es sabido este blog fue creado de una manera particular para resaltar los aspectos litúrgicos del tiempo de adviento para una mejor vivencia de las celebraciones propias de este tiempo, sobre todo en el canto.

Este espacio que he titulado sencillamente “María”, no es sino para compartir con ustedes algunas reflexiones marianas propias de este tiempo litúrgico. Es importante tener presente que María es una figura eclesial, y por ende es una figura modelo de cada fiel cristiano, imagen conductora de diversas comunidades religiosas que militan bajo su inspiración, forjadora de innumerables santos y refugio especial de los que arrepentidos se acercan a la fuente insondable de la Misericordia Divina. En mi experiencia personal la Virgen María ha tenido, tiene, un papel fundamental y decisivo dentro de mi camino de fe, como lo es, quiero pensar, para los que están leyendo estas líneas… y estando todos recorriendo este camino de fe de la Iglesia, con el tinte personal de cada uno: el camino que hace un matrimonio, los que viven solteros, los consagrados y los que estamos en camino formativo dentro de una comunidad religiosa, no podemos dejar de lado la presencia silenciosa y operante de la “Virgen, Hermana y Madre, Maestra y señora nuestra”.

Toda la Iglesia ve en María el modelo vocacional más grande: la donación de sí misma al Plan salvífico de Dios, que encontramos de una manera particular en el texto del evangelista san Lucas… extraordinaria sin lugar a dudas la vocación de María de Nazareth…el momento más solemne después del “Hágase” del Padre Eterno en la creación del mundo, es la hora en la que el cosmos entero enmudece para escuchar lo que “desde el fondo de los siglos” había esperado: FIAT, HÁGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA.

Fiat, fruto de la gracia, porque sólo un corazón iluminado por el Espíritu y sostenido por la energía de lo Alto pudo pronunciar las palabras que introducían al Eterno en el tiempo.

Fiat virginal, emanado de un corazón nuevo, limpio de infidelidad y de mentira.

Fiat nupcial, por el cual el seno de la Hija de Sión se convierte en tálamo de las bodas entre el Verbo Divino y la naturaleza humana.

Fiat filial y materno, de quien tiene conciencia de ser hija de Dios y que su consentimiento está ordenado a la maternidad mesiánica.

Fiat sostenido por el peso de todas las generaciones, porque fue pronunciado a nombre de toda la humanidad.

Fiat obediente, expresión genuina de la espiritualidad de los pobres del Señor, que cancela la desobediencia primera con una palabra de amor del Corazón manso, humilde y dócil de Aquella que será Madre del Hombre-Dios manso y humilde de Corazón.

Fiat de paz, que une al cielo y a la tierra, que reconcilia al Creador con su creatura.

Fiat de misericordia, gesto de compasión hacia la humanidad herida por el pecado, por parte de una hija de Adán, privilegiada desde su Concepción inmaculada pero solidaria con sus hermanos.

Esta es nuestra hermana y Madre… no podemos decir que nada hay ni ha habido en nuestro mundo, puro y santo digno de Dios. Caeríamos en un grave error de pensar así, pues es aquí en este mundo en medio de la guerra, el odio y división, en una palabra el pecado, que encontramos la morada perfecta, la ofrenda de la humanidad a su Dios, una “de las nuestras”, totalmente humana… la “kejaritomene” es decir la llena de gracia, la que posee la plenitud de la Gracia, el Señor está con ella, y no sólo en ella… tal vez no sea adecuado decir que está con ella, sino está en ella.

Para finalizar creo que es importante darle realce al tiempo eminentemente mariano del adviento, no sólo con una selección de cantos propios del tiempo sino introduciendo cantos marianos dentro de las celebraciones y, a propósito hay algunas sugerencias de mi parte: “Santa María de la Esperanza”, “Madre del Salvador” (aceptando nuestra carne), “¿Quién será la Mujer?”, “Madre de los creyentes”, la hermosa “Salve Aurora Bella”, “María tú, intercesora”… hay infinidad, algunos que seguramente serán puestos a su disposición en este blog. También sería recomendable entonar la parte litúrgica del antiguo himno mariano “Akathistos”.
Que la Santísima Virgen María sea luz y guía en el camino hacia la Navidad.

Bibliografía:
Biblia de Jerusalén (Lc. 1, 26-38). “María y sus Siervos” (revista de la Orden de los siervos de María Provincia Mexicana) n.13 año V. “María protagonista de la Historia” Fr. Valerio M. Maccagnan, ed. Centro Mariano O.S.M., Mex. 2002. “Siervos del Magnificat” Capítulo General O.S.M. Mex.1995.